cuentos de los días sumergibles


My answer is yes

me has preguntado cómo estoy
él me lo ha preguntado y ella también me lo ha preguntado
y todos lo han hecho
incluso yo también me lo he preguntado
y he exigido saberlo

la pretensión de desplumar al tipo del espejo en una partida de cartas
aunque yo no sepa jugar a las cartas

puedo decir soy la boca de la montaña que esta mañana han incendiado
en algún lugar de la península
y me he quedado ciego
porque me he quedado ciego, lo juro, completamente ciego
esta mañana
y lo sentía por las películas de cine
por la espuma blanca que se cae bajo la arena de la orilla
por los cisnes y los niños de Calcuta
por los tejados de todas las ciudades en las que puedo estar después de llover
por Estambul y los árboles nevados y los potes de mermelada en los supermercados de Occidente
y el sol pasando sobre la colcha de la cama estando debajo nosotros
dos cuerpos desnudos esperando a la vejez y volviéndose jóvenes
y férreos
y blancos
y me he quedado ciego
la espuma blanca volvía blancos todos los pueblos pesqueros de este país
y la decoloración de todo lo que existe era real
pero había dejado de importarme
y he despertado en este museo vivo
ya no estoy ciego
y quizás mi corazón es ahora la voz de Morrisey despedida de una górgola de plata
un horario de los trenes que salen a los Pirineos
las montañas donde se escondieran los bandoleros, los presos políticos
los pornógrafos
el violoncelo de Casals
mi corazón hervido como un jorobado que se descubre regando unas plantas
que no le pertenecen
porque es jueves
porque debo marchar de la ciudad antes de ser sedado definitivamente
porque soy un esqueleto movido por inercia
y estoy amargado, plúmbeo, confinado,
cosas que a uno le pueden resultar difíciles
y estoy exhausto, consumido y vívido
abominablemente vívido
hinchado de un abominable calor que necesita tragar la vida entera
porque quiero a la vida
realmente la quiero
no como se puede querer una manzana
o un coche nuevo
o un viaje a Vietnam por vacaciones
me refiero a querer
desear con tu instinto enfervecido
inatacable

a veces sin embargo me acuerdo de Dylan Thomas
de las uvas
de la niña que bailaba sobre los rascacielos y del pan de Alfacar
de la electricidad que no me acompaña
de la fortuna de no levantarse de la cama para hacer ningún trabajo
y quiero mi tiempo
y mi espacio
y un poco de aire

así que me parece que estoy igual
estoy bien
siempre estoy bien
ya lo sabes

[ ]

XML