cuentos de los días sumergibles


Momentánea

pues bien, es tarde
toda la luz de la calle entra en el salón
una línea amarilla hecha de linternas y persianas bajadas
de una calle en Barcelona donde la hora viene marcada por el camión de la basura
y las voces de fondo
y digo que es tarde
aunque podría decir también que es profundo
como podría decir que algo en ti me huele más a miedo que a cortesía
no sé bien por qué fingimos pero lo hacemos
por eso digo que es tarde
porque tú lo hubieras dicho antes mirando el reloj
buscando tus zapatos y pensando en cómo irías a marcharte
por dónde empezarías tu abrazo
cuándo le darías una sonrisa a la boca que se acerca rápidamente a ti
tal vez incluso calculases tu respuesta a una presión imprevista
en el trasero
estoy seguro de que no me levantarías la mano–
y a veces hasta lo has esperado
pero tomas las decisiones para siempre
eso quieres decir con la astrología y la música que pones
en tu blog
y en todas las paredes que te vas encontrando
pero el amor es esto: algo que no se esconde del sol
aunque sea enfermizamente pálido

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