cuentos de los días sumergibles


Si la tarde llueve

El chico se acerca a la chica. Ella prepara una comanda detrás de la barra y a él le preocupa que el bar esté concurrido.
¿Te importa si te pago el café otro día?, dice con voz queda.
Ella le sonríe. Por supuesto que no, le dice. Luego se agacha para tomar unos vasos.
El chico se apoya sobre el tablón de madera, a la altura del pecho.
¿Te están pasando cosas buenas últimamente?, le pregunta.
Ella se vuelve sorprendida.
No. ¿Por qué?, acierta a decir.
Estás como más linda.
La chica vacila extrañada.
Gracias, dice.
El chico le sonríe.
Hasta luego.
Chau.

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