cuentos de los días sumergibles


estoy enfermo y me quedo a solas
no sé que pasa, es una casualidad, objetos de papiroflexia
echados al agua
a veces no sé si es una suerte no tener testigos de este desorden
ser un hombre deteriorado en un espacio que se deteriora
mi garganta despedida contra las paredes, escurriéndose en surcos irregulares
y negros
el jersey con manchas y un olor de gusano en su crisálida
enflaquecido y paciente
tal vez sea una suerte quedarse a solas cuando el cuerpo se malogra
y tu voz resuena en una caja de cerillas
nadie viene a prepararte un zumo o a decirte: fumas demasiado
mientras que abre las ventanas y te pregunta
por tu salud
o tal vez sea eso lo que todos queremos

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