Pau Claris Club
19 febrero 2008
el invierno en Barcelona como el invierno en Manhattan, Lisboa, Buenos Aires
están las hojas sobre la acera, la llovizna, las sirenas por toda la calle
puede que falten los cielos y que estés en otra casa
que lleves otra ropa
puede que la mujer que te despide en la cama sea otra
y que tú sigas ignorando adónde marchas
ves a la vieja que habla de tus ojos limpios, la rama que partes
al bajar la escalera
en otro lugar el chico de las botas apura su copa y vuelve a mirar la fotografía
alguien apaga una colilla contra el cenicero
otra escena y los árboles se convierten en líneas de colores
vibran delante de ti, pasan
podría ser un coche llevándose la pesadilla al camping de los extranjeros
apareces después en tu habitación arrodillado
te recoges el vientre con las manos, toses
la prostituta se pone unos pendientes en la habitación de hotel y cierra la puerta
bajo la cama están las botas del chico
dice: no pensarías que esa máscara iba a salvarte
en otra habitación se ha inundado la bañera de flores
una manzana llega rodando hasta el cadáver de la prostituta
y suena una música sobre la esquina de la calle
cuando deja de llover
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están las hojas sobre la acera, la llovizna, las sirenas por toda la calle
puede que falten los cielos y que estés en otra casa
que lleves otra ropa
puede que la mujer que te despide en la cama sea otra
y que tú sigas ignorando adónde marchas
ves a la vieja que habla de tus ojos limpios, la rama que partes
al bajar la escalera
en otro lugar el chico de las botas apura su copa y vuelve a mirar la fotografía
alguien apaga una colilla contra el cenicero
otra escena y los árboles se convierten en líneas de colores
vibran delante de ti, pasan
podría ser un coche llevándose la pesadilla al camping de los extranjeros
apareces después en tu habitación arrodillado
te recoges el vientre con las manos, toses
la prostituta se pone unos pendientes en la habitación de hotel y cierra la puerta
bajo la cama están las botas del chico
dice: no pensarías que esa máscara iba a salvarte
en otra habitación se ha inundado la bañera de flores
una manzana llega rodando hasta el cadáver de la prostituta
y suena una música sobre la esquina de la calle
cuando deja de llover