cuentos de los días sumergibles


te sientas sobre la alfombra
y pones un disco
uno cualquiera
escogido al azar
-tu sabes que no es azar
pero te gusta pensarlo
vas descalzo
y entre tus piernas hay un millón de historias desordenadas
por el suelo
Alejandría
así pasas más de una hora
tomas un poco de ron
fumas
te cuidas bien
transformas la luz en un bálsamo
con pequeñas ideas
tú entiendes
mejores que todos los complementos
de ikea

como si conocieras la medida exacta del placer
te levantas sin pensarlo
y sales a la calle
imagina que despiertas una mañana
y al primer golpe de los ojos
descubres que te acostaste en el techo de tu habitación
ya está
todo sigue como ayer
respiras
estás recordando todo lo que acabas de ver
pero ya ha pasado
todo está igual
ese intervalo es lo que sientes al pisar
la calle

después un millón de historias más suceden
delante de ti
se mueven

necesitas hacerte con un estuche
para los discos
y vas de tienda en tienda
viendo a personas acometiendo juegos
que tú miras
aunque también miras así un televisor
lo mejor es que en cualquier momento
aquí juegas tú
y entras a todas partes con una sonrisa torcida
algo traviesa
finalmente encuentras un lugar en el que consigues pagar
un precio razonable
y vuelves satisfecho a casa
te haces también con unas berenjenas
y llevas vino
sonríes porque algo te hizo elegir bien

olvidas ese estuche
y te sirves un trago
le cena te ha gustado
aparece tu compañero de piso
y apuráis unos vasos
reís
conversáis un rato
entonces vuelves a tu habitación
te telefonea alguien
una amiga
ella es hermosa
de vez en cuando pasáis un buen momento así
habláis
reís
ella está lejos
te recuerda una época
cuelgas
y fumas un porro
es ese instante
cuando el porro sabe a mil bellas historias
sobre la partitura

entonces te estiras sobre la cama
todo es cálido
pero escuchas un estruendo y abres los ojos
polvo
ahora va a impactar contra tu rostro una viga de acero
ya está
todo está igual que antes
todo sigue siendo cálido
recuerdas el acero
porque eso también existe
y casi te echas a reír
si no fuera porque ya lo has olvidado
y duermes
pues nada de todo esto ha ocurrido

ese intervalo es lo necesario
para estar vivo
en la ciudad de las palmeras

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