cuentos de los días sumergibles


El secreto pretérito

está tumbado sobre la cama
no tiembla ni da patadas
tose pero es joven
siempre le están esperando en alguna parte
por lo que la soledad no es un problema
en cualquier caso no elige nunca una cosa por otra
se puede alimentar con una manzana a la semana
otras veces prepara la mesa de los reyes
el vino no le falta
fuma mucho aunque no le teme a la escasez
drogas ocasionalmente
lujos silencio
tiene mujeres a las que recordar
y otras le conocen de tanto en tanto
nuevos amigos nuevas músicas
la buena conciencia de un buen libro
visita ciudades que nunca ha pisado
aprecia suficientemente su pasado
como para no jugar con él a los barcos
nunca ha puesto en contra la amabilidad
con el egoísmo
ni una pizca de sufrimiento
y todo lo compañero que la realidad le permite
con el dolor de los otros
no le importa el futuro porque sólo depende
del tiempo que está usando
de todas formas siempre se prevee un fuego
para el próximo instante
y se pasea tranquilo y preparado
y erguido
como un jenízaro
sin embargo no pisa la tierra
pues anda suspendido en algo que no es
el suelo ni el aire
sino algo mucho más frío
y ridículo
de lo que ya no se acuerda

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