cuentos de los días sumergibles


Changes

Una hélice laqueada, callada aunque insistente, comienza de nuevo a bailar. ¿Y si la Vida exige otro cambio? Con esta melodiosa serenidad se lo daré; por qué hacerla esperar. Amo la Vida, canto a cada átomo y a la áspera ráfaga del viento, a cada sensación y a la apariencia, al adoquín del suelo y al animal que viene, al silencio y a la terrible impresión de la locura. No le tengo miedo a nada.

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