cuentos de los días sumergibles


Con las polillas

A veces
cuando se van los diablos y me quedo solo
y se descorchan todas las paredes de este hoyo
en el que estoy metido como una puta oruga
de tanto excavar
y no hay humedad
ni luz
ni aire que meterme entre las babas
aunque esté sucio
aunque ya lo hayan respirado otros
mucho antes
y se asfixian tus restos
y se encogen las ganas de seguir subsistiendo
y se sumergen las voces
y ya no presto servicio a la nada
ni tengo recuerdo de lo que he sido
ni tengo nada que hacer mañana
ni ahora
a veces
todavía sigo convirtiéndome en un perfecto capullo
de seda
criándome las alas.


Vetre Antanaviciute


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