cuentos de los días sumergibles


Reincidentes

a tenor de mis frecuentes amnesias he tenido que aprender a investigarme a menudo a mí mismo y, de esta manera, he descubierto que el 27 de agosto de 2007 ya había escrito un texto parecido deshaciéndome en elogios por esta hermosa ciudad de palmeras que es Barcelona (*)
creo absolutamente en mi volubilidad así que no me costaría nada cambiar de opinión, pero no voy a hacerlo: aunque estoy bien y el aire empieza a ser repartido, creo que otra ciudad es posible
quizás yo sea entonces su amante más dedicado
o el más crédulo
de la letura de aquel escrito me digo ahora que soy redundante y excesivo, pesado, soy un apóstata y un ingrato, y quizá tenga todas las papeletas para ser un desertor malogrado, pero en fin, sigo pensando que esto está lleno de soplapollas aunque, sinceramente, también esté lleno de genios

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