cuentos de los días sumergibles


Romance en Durango

hilos de mil serpientes enroscándose en casas de muñecas
sombras que participan de la geometría secreta de monstruos románticos
ahora dime si el porvenir es un vendedor de helados que cambia de parada
dónde debo buscar la muda para correr hacia ti
es siniestro andar pegando el aliento al cristal de una ventanilla con el humo en la cara
como si llevara a todas partes la pala con la que
fueran a enterrarme
brindo en copas donde flotan las águilas de batallas inútiles
quemo las historias de mis fracasos con las cerillas robadas de un camping
del que me echaron a patadas
no sé creo que iré a saltar espacios en blanco

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