cuentos de los días sumergibles


en respuesta a todos, amigos, lo diré otra vez más: no he vuelto,
no me he ido, no estoy en ninguna parte pero mi centro está lleno de cuerpos girantes
obvio
de buenas personas, buenos vinos, grandes correrías
deseos como perros aullando por calles que durante un instante fueron mías
y siempre he sido espectador y un demonio afinado.
he escuchado, he delirado, he contemplado,
he concurrido ciudades, cuerpos, banquetes, museos, dormitorios,
he apostado a los caballos
he deseado a muchas mujeres, a muchas clases distintas de repostería, a muchos combinados con jugo natural
y no siempre tuve lo que quise
aunque hoy en día todo tenga precio.
me han querido y me han temido
han sentido ganas de cuidarme como a un chico
y de darme un estacazo,
y como en todos los lugares fui tan tonto como astuto.
me dejé seducir por los letreros luminosos
por la música, los restauran, las bellas mujeres
y como lanzado por unos canales de velocidad y de luz conocí a los mayas, los humahuacas, las hadas mágicas y los dinosaurios.

no es aquí ni allá ni detrás de nada, entonces, son los vasos sanguíneos,
los raudos delirios
el orden de las cosas.
es una insurrección; tomar las armas, los pinceles, las bocas,
las armas propias.
es vivir y saber cuándo retirarse.
todo es una comedia. mirad entonces qué lindos escenarios pueden hacerse, amigos, lo que puede extraerse del metal, del amor, de la historia, del pánico, de la mugre, del encantamiento…
serpientes de oro
dioses paganos
lechos de plumas
cañones.
no estaré entonces en ninguna parte porque vivo en una línea divisora. yo no escogí lado: me quedé con ambos
aunque digan que no es posible
(y no me refiero a ser tan terco)
repartí cascabeles para saber siempre regresar a mi principio
y tengo pequeños puertos donde atracar el barco cuando me persigan las alucinaciones.
yo no colonizo como mis ancestros: esparzo simientes, me llevo grandes rarezas. yo no estudio las alineaciones, las cometo.
ahora otros rostros, otras infamias, van a circularme.

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