cuentos de los días sumergibles


el perverso inocente

bebo en un restaurant junto a las vitrinas
entre grupos de amigos
matrimonios con hijos
camareros exhaustos
quiosqueros en la calle

pasan los coches
las horas
las luces
las oportunidades

me gusta no tener horarios
ni perdones que conceder
me gusta estar aquí sentado
con mi cerveza
pelando por una ausencia sin trámites
tranquila
brillante
me gusta este sueño

de repente llega una mujer
para quebrarlo con sus labios
de pantera
y sus promesas
y un predicador
y un repartidor de publicidad
y todo se suma

me gusta no tener fe
en la humanidad
en la literatura
en la inmortalidad

de alguna manera soy más fuerte
que nada

soy invencible

demasiadas veces conocí el acero
la sombra
el relámpago
la vida se cobra sus deudas

ser un gato
sin excesiva inteligencia
es un prudencia que me salva del desastre
y me pervierte
hasta la demencia

podría ser peor
podría ser un monstruo
podría ser banquero
pero soy yo
con los ojos abiertos

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