cuentos de los días sumergibles


Sara,

eres hermosa porque has visto el abismo
y porque tu pelo cae sobre las páginas
gotas de lluvia que detienen los dedos de tu naturaleza
-tu naturaleza que no tiene cuerpo ni disputa
una mezcla de fuego y de separación que congela tus ojos
aunque no es un copo de nieve lo que hay en tus ojos
sino la placidez de las piedras acostadas bajo la furia
y doy las gracias al tío John porque estás conmigo
y los días son más anchos y frescos y eres mi postre
contigo en un bosque donde los búhos no suenan

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Reincidentes

a tenor de mis frecuentes amnesias he tenido que aprender a investigarme a menudo a mí mismo y, de esta manera, he descubierto que el 27 de agosto de 2007 ya había escrito un texto parecido deshaciéndome en elogios por esta hermosa ciudad de palmeras que es Barcelona (*)
creo absolutamente en mi volubilidad así que no me costaría nada cambiar de opinión, pero no voy a hacerlo: aunque estoy bien y el aire empieza a ser repartido, creo que otra ciudad es posible
quizás yo sea entonces su amante más dedicado
o el más crédulo
de la letura de aquel escrito me digo ahora que soy redundante y excesivo, pesado, soy un apóstata y un ingrato, y quizá tenga todas las papeletas para ser un desertor malogrado, pero en fin, sigo pensando que esto está lleno de soplapollas aunque, sinceramente, también esté lleno de genios

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Amocras, nuestra caída

Un apasionado revolucionario fue a Dublin a hacer su propaganda. Estaba ante los hombres y mujeres de aquel pueblo y les dijo: "hermanos, ¿no es un hombre igual a otros?". "Sí señor, tiene razón -gritó uno de ellos-, y hasta un poco más!" Y aquel tipo tenía razón. Aquello no fue un chiste.

El estudioso de John Fowles* compondría este dicho británico para describir a la ruinosa sociedad victoriana.

En 1932, el escritor catalán Josep Maria de Sagarra* retrataría en "Vida privada" a la sociedad catalana de primeros de siglo, con su clasismo y su trascendental necesidad de la apariencia, decadente y tiralevitas, vanidadosa, con sus infidelidades históricas y su coquetería.

Hoy, varios autores en la música, el teatro y la literatura, han referenciado en sus obras algo parecido sobre Barcelona, llamándola aburrida y desgastada.

Asímismo, tantas personas que habitaron durante un tiempo esta ciudad, traen esta misma impresión en muchas ocasiones.

Podemos entonces afirmar sin pretensión de ofensa alguna que Barcelona está viviendo de nuevo su mediocre novecentismo, como en una segunda menstruación más que a la manera de una moda, burguesa y estirada, en una nueva versión de su edad más brillante y ridícula.

Cambia su revolución industrial y la exposición universal del 29, por actividad financiera y un amplio catálogo cosmopolita que abunda en las librerías de todas las ciudades de Europa, piensa en la Lliga Regionalista y en esa frívola tendencia de izquierdas que tanto mete las narices como rápidamente las saca en todo cuanto va declarando.

Ni es el crisol de inmigrantes que va diciendo, ni es tan libre ni tan franca ni tan accesible como declara envanecida en la televisión y en la boca de sus acólitos.

Soberbia y cuentista es la ciudad que estamos haciendo.

Y se necesita una revolución.

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las bailarinas de Berlín son elegantes y son eléctricas
y llevan consigo las sábanas que cubrieron tu muerte
porque Johann Sebastian no eres tú, escuchas viejo?
no eres tú como tampoco lo son estas piedras
ni el arroyo que se nos ha llevado
esto es la libertad y aquí concluye tu pragmática:
la pluma cayendo a cámara lenta
el agua bañando los campos, la muerte de ciento cincuenta personas
ardiendo en un aeropuerto
en los tiempos que corren no existe la imagen a contraluz
y las bailarinas en Berlín, Madrid, Tokyo, Burkina Faso,
son leones y no tienen cuerpo
créeme, no es el sexo de dos extraños sucumbiendo a la alegría
ni la representación quebrada de Anna Karenina
en los lavabos de una estación
los gemidos de un violoncelo amarillo son empujados a través de la tierra
y en su música están creciendo los árboles
bailarinas con una señal tatuada y un nombre transparente

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a quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse


(Alejandra Pizarnik)


pero si quedamente le introduce un verbo a su deseo y lo acomete
como se lleva el fuego lo impuro, logrará el cielo de las palabras
que no necesitan ser inventadas

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lentamente, una a una, las piedras completan tu lenguaje
tu lenguaje hecho de memoria y de los incestos de tu memoria
y mi falta no tiene nombre ni principio
intento iluminarme a la luz de mi falta de luz
me oyes, Alejandra, yo también intento hacerlo
todo lo cobarde que puede llegar a ser el sol de mediodía
brincando entre esas piedras
o una flor abriéndose paso en el silencio

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El silencio es un espacio, una oquedad donde nos refugiamos pero en el que no estamos nunca a salvo. El silencio no se termina, se rompe; su cualidad fundamental es la fragilidad y el epitelio sutil que lo circunda es transparente: deja pasar todas las miradas.

Alberto Méndez



Ya he perdido el nombre que me llamaba,
su rostro rueda por mí
como el sonido del agua en la noche,
del agua cayendo en el agua.
Y es su sonrisa la última sobreviviente,
no mi memoria.


Alejandra Pizarnik

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Exposición al calor

los accesos de melancolía de Sara Woodruff no se tratan con paseos al borde de otro océano
uno que no conozcamos
que no nos pertenezca
la acción de sublimar me queda grande en estos momentos
debo admitirlo

uno tiene que desear el grito, justo en el centro de una calle con balcones muy altos para darse cuenta
y reunir opciones para lograr el cielo
-si es que se debe elegir alguna manera

he pensado en profesionalizarme como ladrón
en la horticultura
en huelgas de hambre
en alcoholismo y en el arte de la caligrafía
pero no estoy muy seguro de ello

viajo, siempre lo hago, y creo que una isla es el lugar idóneo para medir la presión a la que te has estado sometiendo

debo decirlo
ya tengo que hacerlo;
no estoy bien
esto no está bien y yo no estoy bien
que el corcho flote no puede ser mi única verdad
y necesito ayuda
(ves, pequeña sultana, puedo decirlo aunque no tenga idea de cómo)
no estoy bien
y puedo decirlo
y casi sonreír después

aunque bajo la serenidad de que todo lo que escribo
nunca sabré si es real

o no.

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House Of Cards



I don't wanna be your friend
I just wanna be your lover
No matter how it ends
No matter how it starts

Forget about your house of cards
And I'll do mine
Forget about your house of cards
And I'll do mine

Fall off the table,
And get swept under
Denial, denial

The infrastructure will collapse
From carpet spikes
Throw your keys in the bowl
Kiss your husband 'good night'

Forget about your house of cards
And I'll do mine
Forget about your house of cards
And I'll do mine

Fall off the table,
And get swept under

Denial, denial
Denial, denial

Your ears are burning
Denial, denial
Your ears should be burning
Denial, denial

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hablé de amor y me invadieron los mosquitos
apenas pude dormir, el calor era horrible
y soñé contigo
me enterraba en la incandescencia cuendo tú te estabas riendo
era penoso
ahora que he lavado la ropa creo que no hay nada más difícil que doblar una sábana
y meterla en el cajón
mira qué cosas

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