cuentos de los días sumergibles


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Seduciendo a la araña

de Ruven Afanador
He sido equilibrista, cardiólogo, seductor de arañas, abogado, ilusionista, jardinero, bufón, electricista, estafador, cartógrafo, comediante, carpintero, saboteador, faquir, funambulista, domador, contable e ingeniero de aeronáutica, pero desde ahora pienso clavar aquí mis apuntes y descansar un poco de todo, dejar mis notas, poner fragmentos, espinas y alguna que otra maldición, variedades al fin y al cabo, casi todas las bitácoras contienen lo mismo.
Yo escribo variedades porque sí, porque me gusta, a veces porque tengo cosas que contar y otras porque me gusta contármelas. En cualquier caso estás invitada/o a comentar lo que te de le gana. Y si fuera que quieres cualquier otra cosa, un enlace, una emboscada, una faringe nueva o buscas un administrador para tus bienes, sean los que sean, puedes escribirme (ahora mismo en este ·).
Por lo demás, veremos cómo se cierran los días.

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